Estos días todo es fútbol por el Mundial de Rusia. Es brillante que Uruguay siga avanzando y que haya logrado cuatro triunfos consecutivos, algo que no lograba desde 1930. Pero con el correr de las horas, seguir viendo programas en la TV repitiendo lo mismo que se publica en twitter y en facebook, hace que se ponga todo un poco raro.

Por suerte, en medio de tanta emoción futbolera estirada al máximo, recibí un mensaje en Messenger de mi amigo Dominique Dambrain contándome de novedades tanto del partido que se viene Uruguay-Francia como de el y de su familia. Dominique no está en su mejor momento, debido a una enfermedad jodida que lo acosa, pero aún así, como le comentaba hoy en un mensaje, que lindo es estar cerca y en contacto de los amigos. Saber que la familia sigue yendo a Córcega en los veranos, un lugar que tengo pendiente en mi lista. Porque el mundial pasará, y definitivamente los amigos y los afectos quedan.

La foto es de marzo del 2000. Viajando de Londres a París, pasamos el día cerca de Lille en casa de Dominique con su familia. Lindos recuerdos.